MOCION: PARA UNA ELECCIÓN DEMOCRÁTICA
DE LOS ALCALDES Y DE LAS ALCALDESAS.
El
ámbito local es un espacio complejo y plural, de grandes transformaciones y
constantes mutaciones, y la primera instancia para la resolución de los
problemas de la ciudadanía y para la mejora de las condiciones de vida de la
gente.
Los
Ayuntamientos han sido capaces de afrontar los grandes retos y los cambios
culturales de finales del siglo XX: los fenómenos migratorios, los nuevos
modelos familiares, la dependencia y el envejecimiento de la población, y en
esta primera década del siglo XXI, son el principal dique de contención contra
la crisis, y el principal espacio de
resistencia, de dignidad, de defensa de los derechos de la ciudadanía y los
principales espacios para generar alternativas sociales y económicas para
paliar los efectos de la crisis y los recortes.
Desde
diferentes posiciones políticas, todos defendemos un modelo de gobiernos
locales de proximidad, un modelo que desarrolle la autonomía local y las
competencias, con recursos suficientes para hacerlas efectivas.
La
educación, los servicios sociales, las políticas de igualdad, la cultura, la
solidaridad y el derecho a la vivienda son las claves de bóveda de la
vertebración municipal y la construcción de ciudadanía.
Defendemos
un municipalismo que integre los valores del paisaje, el territorio y el
espacio natural como vectores de identidad, y de ciudades y pueblos
sostenibles. Que huya del crecimiento desde una óptica de ingresos y recursos
sustitutivos de una verdadera financiación del mundo local justo y ajustado a
sus competencias.
En
definitiva, un municipalismo que efectivamente pueda desarrollarse y
reconocerse en la Carta Europea de Autonomía Local, y que se base en los
principios de simplificación, transparencia y modernización de los entes
locales, el principio de autonomía, subsidiariedad, diferenciación, equilibrio
territorial, desarrollo sostenible y suficiencia financiera para atender a las
necesidades sociales de sus habitantes.
Los
municipios españoles han sido desde 1979 la expresión más evidente de la
llegada de la democracia a nuestro país: miles de concejales y concejalas, de
alcaldesas y alcaldes, elegidos por sus vecinos, accedieron al gobierno de sus
Ayuntamientos desde la preocupación por satisfacer las demandas más acuciantes
de sus vecinos, y también, ante la falta de definición constitucional de las
competencias locales, a afrontar aquellos retos y actuaciones que fueran
impulsadas por la ciudadanía. Desde ese principio de administración más
cercana, se configuraron los Ayuntamientos como las entidades que visualizaron
la democracia en nuestro país y que representaron la primera experiencia, hasta
ahora irreversible, de descentralización política.
Consideramos
imprescindible conservar ese papel, que ha sido razonablemente garantizado
durante todo este período por un sistema electoral que, sin ser perfecto, ha
permitido que las opciones políticas significativas en las que se organiza la
ciudadanía en cada municipio hayan configurado mayorías de gobierno local con
un respaldo mayoritario del voto popular a través de un sistema de
representación respetando la proporcionalidad contemplada en la CE.
La
democracia no es compatible con un gobierno municipal que no refleje la mayoría
de los votos expresada en las elecciones. Eso significa que una lista municipal
no puede tener la mayoría de gobierno y, consecuentemente, la alcaldía, si no
tiene el respaldo de la mayoría de los votantes, expresada por un sistema de
representación política constitucionalmente establecido.
Es
más, el art. 140 de la Constitución Española establece que el voto de vecinos y vecinas será igual, por tanto, debe
tener el mismo valor y producir los mismos efectos en la elección de los
concejales y concejalas. Además, los/as
concejales/as serán elegidos de forma directa.
La
atribución del alcalde o alcaldesa a la
lista más votada llevaría a la paradoja de que podrían ser alcaldes/sas,
concejales/as que hubieran obtenido menos del 20% de los votos y, por tanto, no
contarán con el apoyo de más del 80% de los vecinos y vecinas. El examen de los
resultados de las últimas elecciones municipales o de las últimas elecciones
europeas proporciona numerosos ejemplos. En todo caso, con esos supuestos, el
número de ayuntamientos cuyo alcalde no estaría apoyado por la mayoría de los
electores sería muy mayoritario.
La
democracia quedaría seriamente afectada y los criterios de proximidad y
participación vulnerados. La mayoría del vecindario vería a alcaldes y
alcaldesas lejanos/as y no queridos/as.
Por lo expuesto, el Pleno del Ayuntamiento de
Guareña adopta los siguientes acuerdos:
1.-
El Pleno del Ayuntamiento de Guareña manifiesta su oposición a cualquier
reforma relativa al método de elección de concejales/as y alcaldes/sas de las
Corporaciones Locales y, muy especialmente a:
a) La atribución de cualquier prima de
representación por concejales a la lista o listas más votadas, por vulnerar los
principios de proporcionalidad y voto igual establecidos constitucionalmente.
b) La atribución de la alcaldía a la lista más
votada, cuando no tenga el respaldo de la mayoría de los concejales elegidos en
voto igual mediante unos sistemas proporcionales y constituidos en el Pleno del
Ayuntamiento.
c) La constitución del Pleno Municipal por
concejales/as que no hayan sido elegidos/as en el mismo acto electoral mediante sufragio universal, igual, libre,
directo y secreto, tal como establece el art. 140 de la Constitución Española.
2.- A esta moción se le dará la publicidad
necesaria para que sea conocida por la ciudadanía del municipio.
3.-
Dar traslado de los acuerdos al Gobierno de la Nación y a todos los Grupos
Parlamentarios del Congreso de Diputados.
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