Izquierda Unida es un movimiento Político Social que se conforma en una organización, política y jurídicamente soberana, cuyo objetivo es transformar gradualmente el sistema capitalista económico, social y político, en un sistema socialista democrático, fundamentado en los principios de justicia, igualdad, solidaridad y respeto por la naturaleza, organizado conforme a un Estado de Derecho, federal y republicano. (art. 1, Capítulo I, Título I, Estatutos)

lunes, 18 de mayo de 2020

Julio y el hilo rojo



Julio y el hilo rojo

Anguita aspiraba a que la política se convirtiera en el arte de la deliberación racional, del legítimo choque de ideas del que saldría triunfante la posición correcta

En cierta medida, Julio Anguita no era de este mundo. Al menos no del mundo de la política actual: ese ecosistema inundado de gritos, aspavientos, hipérboles, demagogia y descalificaciones que ahoga nuestro día a día. El estilo con el que Julio transmitía siempre fue otro: el de la pedagogía, la explicación detallada y la discrepancia respetuosa. Y armado con esos instrumentos y con un profundo bagaje de cultura general, él se adentró con convicción en la gigante tarea de cambiar este mundo de base. No es poca cosa.

Este no es lugar para repasar apresuradamente su compleja y completa biografía política. Hay registros suficientes en los libros que escribió –solo o acompañado– así como en las crónicas políticas de las últimas décadas. Sin duda, siempre es buena idea leer sus textos y escuchar sus discursos, los mismos que animaron a miles de personas a interesarse por la política. A contribuir a mejorar este país. Entre ellos, al que escribe estas letras: le debo a Julio haberme convencido, sin él saberlo, de militar en el Partido Comunista de España. Cuando bastantes años más tarde se lo recordé, me contestó con su acidez habitual: “A mí no me eches la culpa de eso, carga tú solo con esa responsabilidad”.

Aquella responsabilidad creció de manera exponencial cuando nuestros compañeros me eligieron para ocupar el cargo que él en otro tiempo había ostentado, el de coordinador general de Izquierda Unida. Era comprensible sentirse pequeño a su lado. Siendo Julio coordinador, contribuyó de manera mucho más que notable a dignificar la política. Su elocuencia era manifiesta, pero sobre todo destacaba de él el fuerte apego a los valores y a los principios de la izquierda cívica, democrática y comunista. Él era un profesor, un hombre de virtudes republicanas que nunca dejó de querer aprender y tampoco de querer enseñar. 

Aunque los problemas del corazón le alejaron de la primera línea política, Julio siguió siendo un referente principal en este país. Desde esa posición más sosegada, “de retaguardia” como a veces gustaba de decir, impartía enseñanzas a través de sus artículos, de sus apariciones en prensa y de algunos pocos actos públicos que hizo en los últimos años. Incluso participó en algún que otro mitin electoral, apoyando a Izquierda Unida y más tarde a Unidas Podemos. Todavía hace unos pocos días nos mandaba ánimos a quienes ahora estamos en el Gobierno y nos recordaba que lo más importante, “lo prioritario”, era la construcción de una sociedad civil activa y formada, capaz de frenar a la extrema derecha y de alumbrar una nueva sociedad que hiciera del cumplimiento de los derechos humanos el eje de todo proyecto político. Ese era su objetivo.

Julio aspiraba a que la política se convirtiera en el arte de la deliberación racional, del legítimo choque de ideas del que saldría triunfante la posición correcta. Sin embargo, no era un hombre ingenuo y su paso por la política activa le había proporcionado suficientes enseñanzas como para reconocer que su ideal distaba mucho de parecerse a la realidad. A mí personalmente me alertó de las eternas disputas internas en los partidos, de los documentos congresuales que se aprueban y no se cumplen, de las banderas que se usan para enfrentar a los pueblos olvidando las clases sociales y del negativo papel que en la formación ciudadana tenía cierto embrutecimiento mediático. Sabía que necesitábamos fomentar en la sociedad el pensamiento crítico, alimentar la curiosidad innata que tenemos todos por aprender cómo funciona el mundo y, sobre todo, quería estimular la capacidad de los de abajo para movilizarse frente al abuso de los de arriba. Su causa era una causa justa.

Julio siempre tuvo muy identificados los riesgos de quiebra de nuestra sociedad. Desconfió de la modernización española de los años ochenta, a la que supo reconocer sus aciertos, pero a la que no perdonó sus errores. Su visión crítica del proyecto europeo resuena hoy como un eco terrible sobre las realidades cotidianas de los pueblos del sur. La lucha de Julio contra el neoliberalismo europeo ha sido y será, sin duda, uno de los ejemplos más evidentes de su propia lucidez. Él no era adivino, sino un hombre inteligente que supo rodearse de gente inteligente. Por eso Julio se alzaba sobre todos los demás con el uso del entendimiento, sin dogma alguno. Y la gente le escuchaba; le escuchábamos. Incluso sus más fervientes críticos sabían reconocer en él su firmeza y capacidad; infundía respeto.

Conviene recordar que Julio nunca sacralizó nada. No lo hizo con su partido, pues detestaba el patriotismo de siglas, aborrecía de los continuos idus de marzo que tenían lugar dentro de las organizaciones, y prefería la lealtad a las ideas y a la razón. Pero tampoco sacralizó su propia figura y dedicó muchos esfuerzos a estar alerta frente a ese riesgo. Ni siquiera le gustaba que le pidieran hacerse una foto con él y no en pocas ocasiones respondía con sequedad que no era un cantante de rock. Él, Julio Anguita, era un servidor público. Nada más y nada menos. Y gracias a eso es un ejemplo que deberíamos ser capaces de extender.

Hoy el hilo rojo de Julio Anguita se ha apagado. Estoy convencido de que, si nos pudiera ver aquí y ahora, llorando y lamentando no haber aprendido aún más de su sabiduría, nos echaría la bronca. Probablemente nos diría que ese hilo rojo tiene que continuar y que la responsabilidad de esa tarea recae en cada uno de nosotros. Sea así. Amigo Julio, allá donde estés, te queremos y te echaremos de menos. Salud y República.

Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida y ministro de Consumo.

sábado, 9 de mayo de 2020

Tres años después de ser aprobado por unanimidad, Abel González Ramiro: ¿Para cuándo esa placa de reconocimiento a los siete guareñenses fallecidos en los campos de exterminios nazis? (En el 75 aniversario de la liberación del campo de Mauthausen).


Tres años después de ser aprobado por unanimidad, Abel González Ramiro: ¿Para cuándo esa placa de reconocimiento a los siete guareñenses fallecidos en los campos de exterminios nazis? (En el 75 aniversario de la liberación del campo de Mauthausen).

Hoy cinco de mayo de 2020 se conmemora el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Mauthausen. Este día ha sido instaurado por el Gobierno de España comoDía de homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos y a todas las víctimas del nazismo de España”. (BOE, 3O de abril de 2019).

El día 31 de mayo de 2017 el Pleno del Ayuntamiento de Guareña aprobó por unanimidad la moción conjunta presentada por PSOE, IU y PCG: “Adhesión a la Red Nunca Mas y al compromiso con la memoria histórica y Democrática y la lucha contra el fascismo”. Instalar una placa conmemorativa recordando a los vecinos de Guareña que fueron deportados a los campos nazis, era uno de los compromisos aprobados.(ENLACE-Web Ayuntamiento de Guareña. Acta de pleno de 31 de mayo de 2017)

CAMPOS DE EXTERMINIOS NAZIS
Tras la rendición de Francia los españoles fueron hechos prisioneros, tanto los que estaban alistados en las filas del ejército, como los de las Compañías de Trabajadores Extranjeros. Si en un principio fueron encerrados en campos de prisioneros de guerra (Stalag) esta situación cambio rápidamente. Los refugiados republicanos españoles que estuvieron recluidos en los campos de exterminio nazis, de los que hay constancia documental, fueron sobre unos 10.000, de ellos murieron 5.200, sobrevivieron 3.810 y figuran como desaparecidos 350. (Cifras de la Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España. Henri Farreny del Bosque, historiador y presidente nacional de la Asociación de Antiguos Guerrilleros españoles en Francia-Fuerzas Francesas del interior. Amicale des Anciens Guerrilleros Espagnols en France.A.A.G.E.F-F.F.I cifra en 12.000 españoles los que estuvieron en los campos de exterminio nazis).
La Gestapo dicto una orden el 25 de septiembre de 1940, por la cual los españoles dejan de ser considerados como prisioneros de guerra, dando comienzo a su envió a los campos de exterminio. Las autoridades franquistas de mano de Serrano Suñer, por entonces ministro de exteriores y cuñado de Franco, hizo llegar a los nazis su postura sobre los prisioneros españoles capturados, pronunciando una frase tristemente célebre: “No hay españoles fuera de España”, con ella condenaban a los miles de españoles capturados y prisioneros al exterminio. Tampoco el Régimen colaboracionista de Vichy hicieron nada por ellos, por lo que fueron considerados “apátridas”, su identificación en los campos de exterminio era a través de un triángulo azul invertido con una “S”. Los exiliados fueron perseguidos y los que cayeron en manos de la Gestapo fueron considerados delincuentes políticos (Rotspanier) y deportados a los campos de exterminio; donde siete guareñenses perdieron la vida, seis en Mauthausen y uno en Buchenwald.

El sistema de campos de concentraciones nazis permitía el internamiento de presos al margen del sistema penal y sin ninguna garantía jurídica. Estos campos estaban clasificados en tres categorías, según los presos a albergar:

-Categoría I: Dachau, Sachsenhausen y Auschwitz I, para presos menos peligrosos y considerados recuperables.
-Categoría II: Buchenwald,  Flossenbürg y Neuengamme, para presos intermedios.
-Categoría III: Mauthausen y su anexo de Gusen, para presos considerados irrecuperables y cuyo regreso a la vida en sociedad no era deseable. 

En el campo de exterminio de Buchenwald estuvieron 636 españoles prisioneros, de los cuales 133 murieron, 126 desaparecidos y uno se evadió del mismo. En Dachau fueron 756 los españoles internados, de los cuales fallecieron 204 y 41 fueron dados por desaparecidos. En el campo de Ravensbruck 172 españoles prisionero, la mayoría mujeres, con 14 muertos.

El campo de Mauthausen se encontraba en Austria y fue inaugurado en agosto de 1938. Uno de los símbolos del campo era la escalera de granito de 186 peldaños que daba acceso a la cantera Wienergraben. Por esta escalera subían y bajaban los prisioneros cargados con bloques de granito, siendo el escenario cotidiano de sufrimiento y muerte. “Debajo de cada piedra de la escalera hay la sangre de un español” , “Durante los dos o tres primeros años el trabajo era una excusa para asesinarnos; más tarde empezaron a estar interesados de verdad en aprovecharlo”, son algunas de las frases recogidas en los testimonios de algunos de los supervivientes en “Supervivencia, testimonio y arte. Españoles en los campos nazis”. Para los responsables de las SS un buen preso no debería de durar en un campo más de tres o cuatro meses, incluso muchos de ellos optaron por el suicidio lanzándose a las alambradas eléctricas antes que seguir con el infirno en el cual se había convertido sus vidas.

El día 6 de agosto de 1940 llegaba a Mauthausen el primer tren con refugiados republicanos españoles, dieciocho días después llegara otro convoy procedente de Angulema con 927 españoles, el llamado “Convoy de Angulema, con familias enteras de mujeres y niños. Entre 1940 y 1942 la procedencia de los españoles enviados a los campos de exterminio fueron los que cayeron prisioneros en la rendición francesa de 1940, que fueron enviados de forma mayoritaria a Mauthausen. A partir de 1942 los deportados son los que realizan actividades relacionadas con la “Resistencia” y antiguos combatientes, estos fueron enviados a campos como Dachau, Buchenwald e incluso Mauthausen. 

En total en Mauthausen y en su campo anexo de Gusen serían internados 7.532 republicanos españoles, 4.816 de ellos murieron y tan solo 2.716 sobrevivieron. A las muertes por enfermedades, agotamiento por el trabajo y la escasa alimentación se sumó la muerte en las cámaras de gas de unos 500 españoles. Mauthausen fue liberado por el Ejército Norteamericano el 5 de mayo de 1945, momento en el cual poco más de 2.700 españoles permanecían aún con vida, no así los seis vecinos de Guareña de los que se tiene conocimiento de su paso por el campo de exterminio (Federico López Ramiro, el otro guareñense, falleció en Buchenwald), que encontraron la muerte a miles de kilómetros de su tierra natal. Los comités nacionales de presos del campo redactaron un juramento que firmaron los deportados de múltiples nacionalidades y que decía así: “Al fin las puertas de uno de los campos más terribles y más sangrientos se abren, las del campo de Mauthausen. Partiendo en todas las direcciones, volveremos libres a nuestros países liberados del fascismo. A pesar del juramento los españoles supervivientes no podían regresar a España.

VICTIMAS DE EXTREMADURA Y GUAREÑA

Un total de 305 extremeños, de 120 localidades distintas, fueron enviados a los distintos campos de exterminios nazis. De ellos 205 fallecieron, de los cuales 192 lo hicieron en Mauthausen y el campo anexo de Gusen. Entre las localidades con más deportados están: Fuente de Cantos con 22, Azuaga con 17, Ribera de Fresno con 9, Don Benito, Olivenza y Valverde de Leganés con 8 cada una y Guareña con 7. (Datos de la delegación extremeña de Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo en España). 

Han sido 21 ayuntamientos extremeños los que han visto aprobados en sus plenos municipales mociones de adhesión a la Red Nunca Mas y al compromiso con la memoria histórica y Democrática y la lucha contra el fascismo. En estos municipios se han llevado a cabo jornadas de reconocimiento a las víctimas, exposiciones, instalaciones de placas conmemorativas con los nombres de las víctimas locales del holocausto, etc. Los departamentos de historia de varios institutos de enseñanza secundaria han organizado exposiciones y charlas. También la Asamblea de Extremadura aprobó por unanimidad, el 18 de mayo de 2017, una declaración institucional de reconocimiento a todos los extremeños deportados a los campos nazis. Los datos de los deportados están siendo recogidos en la página web, que, con la colaboración del Gobierno de España, ha puesto en marcha la Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo en España. (ENLACE-Web: Victimas mortales en los campos nazi).

José Barrero, Valentín Pérez, Antonio Ramos, Pedro Pascual y Santiago Isidoro formaban parte de las 10ª, 33ª y 114ª Compañias de Trabajadores Extranjeros que trabajaban en labores de fortificación de la “Linea Maginot. Fueron capturados por los alemanes en torno a Saint-Die-des-Vosges el 22 de junio de 1940, día del armisticio entre Francia y Alemania. Fueron deportados el mismo día, el 13 de diciembre de 1940, desde la misma prisión o “stalag” de Estrasburgo (ciudad francesa fronteriza con Alemania), en el transporte número 12, siendo el segundo convoy más grande en salir hacia Mauthausen, con un total de 846 españoles, los españoles de este convoy fueron destinados a trabajar en la cantera de Wienergraben, de una siniestra reputación por su altísima mortalidad (Datos facilitado por la Oficina Nacional de Veteranos y Víctimas de Guerra de Francia-ONACVG, a través de la Dirección General del Departamento de Memoria y Altos de la Memoria Nacional la Oficina Nacional de Veteranos y Víctimas de Guerra de Francia). Mateos Palmerin, el otro vecino de Guareña fallecido en Mauthausen, fue deportado el 27 de enero de 1941 desde Fallingboste (campo de prisioneros en la Baja Sajonia, Alemania). Estos seis guareñenses corresponderían a los que cayeron prisioneros en la rendición francesa de 1940 y afectados por la orden de la Gestapo de 25 de septiembre de 1940. 

El sufrimiento y penalidades que sufrieron estos guareñenses queda reflejado en el poco tiempo que estuvieron con vida en los campos de exterminio nazis desde la fecha en la cual ingresaron hasta su fallecimiento: José Barrero Román, estuvo 6 meses interno en el campo de exterminio de Mauthausen y falleció con 33 años. Valentín Pérez Palomares, 7 meses y falleció con 37 años. Antonio Ramos Ortega, 9 meses y falleció con 27 años. Pedro Pascual Monago, 10 meses y falleció con 37 años. Santiago Isidoro Rodríguez, 11 meses y falleció con 40 años. Mateo Palmerin Moruno, 10 meses y falleció con 25 años.

LO APROBADO EN GUAREÑA

El pleno del ayuntamiento de Guareña fue el segundo de Extremadura, tras Granja de Torrehermosa, en aprobar por unanimidad el acuerdo de adhesión a la “Red Nunca Más”. Este acuerdo constaba de cinco puntos:

1.- Declararse como municipio comprometido con el lema de “Fascismo Nunca Más” y con la recuperación de la memoria histórica y democrática y aprobar su adhesión a la Red de Memoria y Prevención del Fascismo, Nunca Más, que impulsa la Amical de Mauthausen y otros campos.
2.- Promover la firma de un convenio con la Amical para la señalización de actividades de memoria, estudios, actividades de sensibilización, actos, etc.
3.- Instalar una placa conmemorativa recordando a los vecinos de Guareña que fueron deportados a los campos nazis.
4.- Fomentar la investigación histórica sobre los vecinos de Guareña que fueron deportados a los campos nazis.
5.- Dar traslado de este acuerdo a la Junta de Extremadura, al Gobierno de España, a la Amical de Mauthausen y otros campos, y a las Asociaciones y Colectivos Memorialistas.

Transcurridos tres años del acuerdo, poco o nada se ha llevado a cabo. El acuerdo aprobado por unanimidad no suponía una gran cantidad económica, tan solo el coste de la placa con los nombres y a la aportación voluntaria a la Red Nunca más. (El presupuesto total consolidado del Ayuntamiento de Guareña fue en 2017 de 7.373.394’02 euros).

Una publicación en la revista de feria de 2017, una exposición y una conferencia sin coste alguno y poco más. Solo iniciativas particulares o como la del departamento de historia del I.E.S. Eugenio Frutos. Este departamento organizo la exposición “En memoria de las víctimas del Holocausto”, complementada con una charla-coloquio sobre los guereñenses víctimas de los campos de exterminios nazis de quien escribe. 

Por ello tres años después del acuerdo aprobado por unanimidad por el Ayuntamiento de Guareña y en el día del 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi. Aunque ya lo pregunte en mi etapa de concejal y respondiendo con evasivas, pregunta: Abel González Ramiro: ¿Para cuándo esa placa de reconocimiento a los siete guareñenses fallecidos en los campos de exterminios nazis?

Pedro José Pascual Salguero. 

Fuentes: Delegación Extremeña de la Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España y El Exilio Guareñense.