Los españoles que tenga cumplido los cincuenta, salvo que muchos
hayan perdido la memoria, se acordaran de la campaña anticomunista que
realizaban los ideólogos y medios de
comunicación Franquistas y la derecha post-Franquista cada vez que un ciudadano
del Berlín Este saltaba el muro hacia el Berlín del Oeste.
En la España democrática se ha instalado una alambrada de 12 kilómetros –(33 millones de €)-, en la frontera entre Marruecos
y Melilla, a la que ahora están adornando con cuchillas para hacer el mayor
daño posible a las personas que huyen de la miseria, cuyo delito es intentar
encontrar un mundo mejor. Mientras tanto, aquellos ideólogos y medios afines
que criticaban lo antes mencionado
guardan silencio, nos enseñan las alambradas, no critican con la misma
virulencia a los gobiernos de donde proceden las personas que quieren abandonar
su país, al tiempo que se felicitan de que los buitres financieros
aterricen en nuestro país.
Esta es la democracia europea, una manera indigna de defender los
derechos humanos.
Nicasio Sancho
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